Esperando que un mar sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta en el lugar en el que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.
Pizarnik, Alejandra. En: Obras completas. Buenos Aires, Corregidor, 1994.
Pizarnik, Alejandra. En: Obras completas. Buenos Aires, Corregidor, 1994.
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